Del Comentario
Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas… Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: (Apocalipsis 1:19; 2:1)
La asombrosa visión inspiró en Juan una saludable tensión entre temor y seguridad. Pero a esto se le sumó un recordatorio de su responsabilidad. La anterior orden de Cristo de que escriba se amplía ahora, al decírsele a Juan que registrara tres cosas. En primer lugar, las cosas que has visto, la visión que Juan acababa de ver y de contar en los versículos 10-16. Después, las que son, una alusión a las cartas a las siete iglesias en los capítulos 2 y 3, que describen la condición actual de la Iglesia. Por último, Juan debía escribir las cosas que han de ser después de estas, la revelación profética de los acontecimientos futuros que se muestran en los capítulos 4-22. Esta orden triple proporciona un bosquejo para el libro de Apocalipsis, abarcando (desde la perspectiva de Juan) el pasado, presente y futuro.
Al igual que Juan, todos los cristianos tenemos una responsabilidad de transmitir las verdades que hemos aprendido de las visiones que se registran en este libro. Esas visiones pueden al principio ser alarmantes, inquietantes o fascinantes, pero ellas, como todas las Escrituras, son "[inspiradas] por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Ti. 3:16-17). Cuando los creyentes estudiamos la gloria de Cristo reflejada en el libro de Apocalipsis, "nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, [seremos] transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor" (2 Co. 3:18).