Del Comentario
Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre. (Juan 1:51)
Al hablar específicamente de aquellas cosas grandes que verían él y los otros discípulos, Jesús aseguró solemnemente lo siguiente: “De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre”. Probablemente, el Señor estaba aludiendo al sueño de Jacob, en el cual vio ángeles que ascendían y descendían del cielo por una escalera (Gn. 28:12). Lo que esta declaración dice es que Jesús es el enlace entre el cielo y la tierra, el revelador de la verdad celestial para el hombre (1:17; 14:6; Ef. 4:21), el “único mediador entre Dios y los hombres” (1 Ti. 2:5) el mediador de un nuevo (He. 9:14; 12:24) y mejor pacto (He. 8:6). En Juan 3:13 le declaró a Nicodemo: “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo” (cp. 6:33, 38, 41-42, 50-51, 58, 62; 13:3; 16:28; 17:8). Al observar la vida y el ministerio de Jesús, esa verdad se volvería cada vez más clara para Natanael y el resto de los discípulos.
Esta es la primera de trece apariciones en el Evangelio de Juan del título Hijo del Hombre, la forma favorita de Jesús para referirse a Él (así lo hizo cerca de ochenta veces en los Evangelios). En el Evangelio de Juan está asociado con el sufrimiento y la muerte de Jesús (3:14; 8:28; 12:34), Su provisión de salvación (6:27, 53) y Su autoridad para juzgar (5:27; 9:35, 39). En el futuro, el Hijo del Hombre recibirá el reino de manos del Anciano de días (Dn. 7:13-14). Como sucede con los otros títulos de esta sección, Natanael (y las otras personas presentes) no comprendió inmediatamente el significado total de lo que significaba ser el Hijo del Hombre.
Este pasaje, en el cual se registra el llamamiento a la salvación que Jesús hace a sus primeros discípulos, describe el equilibrio de la salvación enseñado a lo largo de todas las Escrituras. La salvación tiene lugar cuando las almas que andan buscando llegan por fe al Salvador quien ya las estaba esperando.
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