viernes, 5 de abril de 2013
La doctrina de la elección
(Romanos 8)
Del Comentario
Porque a los que antes conoció, (8:29a)
La redención empezó con la presciencia de Dios. Un creyente primero que todo es una persona a la cual Dios antes conoció. La salvación no es iniciada por decisión de una persona de recibir a Jesucristo como Señor y Salvador. Las Escrituras enseñan con claridad que la fe y el arrepentimiento son esenciales para la salvación y constituyen el primer paso que nosotros damos en respuesta a Dios; pero la fe y el arrepentimiento no son lo que inician la salvación. Puesto que Pablo está representando aquí el plan de salvación desde la perspectiva de Dios, la fe ni siquiera se menciona en estos dos versículos.
En Su omnisciencia, Dios ciertamente está en capacidad de ver el fin de la historia y mucho más allá, así como de conocer por adelantado hasta los detalles mínimos de los acontecimientos más insignificantes. No obstante, es al mismo tiempo ilógico y no bíblico alegar a partir de esa verdad que el Señor simplemente tuvo que adelantarse para ver quiénes estarían dispuestos a creer en Él para proceder entonces a escoger para salvación a esos individuos en particular. Si eso fuera cierto, la salvación no solamente empezaría con la fe del hombre, sino que además Dios estaría en la obligación de concederla. En tal esquema, la iniciativa de Dios quedaría eliminada y Su gracia estaría viciada.
Esa idea también genera preguntas tales como: "¿Por qué Dios crea a los incrédulos si Él sabe por anticipado que ellos le van a rechazar?", y: "¿Por qué Él no crea a creyentes únicamente?" Otra pregunta imposible de responder sería: "Si Dios basara la salvación sobre Su conocimiento anticipado de quienes habrían de creer, ¿De dónde provino la fe de ellos para salvación?" No podría surgir de sus naturalezas caídas, porque la persona natural y pecadora está en enemistad contra Dios (Ro. 5:10; 8:7; Ef. 2:3; Col. 1:21). No existe absolutamente nada en la naturaleza carnal del hombre que le instigue a confiar en el Dios contra el cual se está rebelando. La persona no salva está ciega y muerta a las cosas de Dios. No cuenta con fuente alguna dentro de sí para tener fe salvadora. "El hombre natural no percibe las casas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente" (1 Co. 2:14). "El dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del Evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios" (2 Co. 4:4).
La verdad plena acerca de la omnisciencia de Dios es algo que no puede ser comprendido ni siquiera por los creyentes. Sin importar cuánto podamos amar a Dios y estudiar Su Palabra, no podemos siquiera concebir la profundidad de esos misterios. Únicamente podemos creer lo que la Biblia dice claramente, que sin duda alguna, Dios ve con anterioridad la fe de cada persona que se salva. También creemos la revelación de Dios en el sentido de que, aunque los hombres no pueden ser salvos aparte de la acción de fe realizada por sus voluntades, la fe salvadora al igual que cualquier otro componente de la salvación, se origina en Dios solamente y es investida de poder por Dios mismo.
Mientras se encontraba predicando en Galilea al principio de su ministerio en la tierra, Jesús dijo: "Todo lo que el Padre me da, vendrá a Mí; y al que a Mí viene, no le echo fuera" (6:37); pero a fin de evitar que esa declaración se interpretara como dejando abierta la posibilidad de venir a Él aparte de ser enviado por el Padre, Jesús más adelante hizo esta declaración categórica: "Ninguno puede venir a Mí, si el Padre que me envió no le trajere" (v. 44). La nueva vida por medio de la sangre de Cristo no viene por "voluntad de varón, sino de Dios" (Jn. 1:13).
Pablo también explica que ni siquiera la fe se origina en el creyente sino en Dios. "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Ef. 2:8-9).
La presciencia de Dios no es una referencia a Su prognosis omnisciente, sino a la preordenación. Él no solamente ve la fe por anticipado, sino que la ordena por adelantado. Pedro tenía en mente esa misma realidad cuando escribió a los cristianos haciendo mención de ellos como los que habían sido "elegidos según la presciencia de Dios Padre" (1 P. 1:1-2). Pedro empleó la misma palabra "presciencia" cuando escribió que Cristo "ya [estaba] destinado desde antes de la fundación del mundo" (1 P. 1:20). El término significa lo mismo en ambos textos. Los creyentes fueron conocidos antes de la misma forma que Cristo fue conocido con anterioridad. Esto no puede aludir a que simplemente fue visto antes, sino que debe referirse a una elección predeterminada por parte de Dios. Se trata del conocimiento de una relación intima predeterminada, como fue el caso cuando Dios dijo a Jeremías: "Antes que te formase en el vientre te conocí" (Jer. 1:5). Jesús habló de esa misma clase de conocimiento cuando dijo: "Yo soy el buen pastor; y conozco Mis ovejas" (Jn. 10:14).
Puesto que la fe salvadora es preordenada por Dios, también sería cierto que el camino de salvación fue preordenado, como sin duda lo fue. Durante su discurso en el día de Pentecostés, Pedro declaró acerca de Cristo: "A éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole" (Hch. 2:23). "Determinado" es la traducción de la palabra horizo, de la cual derivamos horizonte para designar los límites de la tierra que podemos ver a la distancia desde cierto punto con amplitud. La idea básica del término griego se refiere al establecimiento de toda clase de fronteras o límites. "Consejo" es la traducción de boule, un término que se utiliza en el griego clásico para designar un cónclave reunido oficialmente para tomar decisiones. Ambas palabras incluyen la idea de una intención de la voluntad. "Anticipado conocimiento" se deriva de la forma sustantiva del verbo conoció y que aquí sería sinónimo de presciencia. De acuerdo a la regla de Granville Sharp a que hacen referencia los eruditos en griego, si dos sustantivos del mismo caso (en el texto de Hechos: "determinado consejo" y "conocimiento anticipado") están conectados por la partícula kai ("y"), y además de eso tienen el artículo definido (el) antes del primer sustantivo pero no antes del segundo, los sustantivos hacen referencia a la misma cosa (H. E. Dana y Julius R. Mantey, A Manual Grammar of the Greek New Testament [Nueva York: Macmillan, 1927], p. 147). En otras palabras, Pedro equipara el plan predeterminado o la preordenación de Dios, a Su presciencia.
Además de la idea de preordenación, el término presciencia también tiene una connotación de amor por anticipado. Dios tiene un amor divino predeterminado hacia aquellos a quienes tiene planeado salvar.
Conoció es la traducción de proginosko, una palabra compuesta que significa mucho más que saber algo por adelantado. En las Escrituras, "conocer" alude con frecuencia a la idea de una intimidad especial; y se emplea muchas veces para referirse a una relación de amor. En el hebreo puede notarse este uso de la palabra conocer en la frase "Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió" (Gn. 4:17). También es la misma palabra que también se puede traducir "escogió" en Amos 3:2, donde el Señor le dice a Israel: ''A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra". Dios "conoció" a Israel en el sentido especial y único de haber predeterminado que esa nación sería Su pueblo escogido. En el relato de Mateo sobre el nacimiento de Jesús, "no la conoció" (Mt. 1:25) se refiere a que José no tuvo relaciones sexuales con María, quien siguió siendo una virgen hasta que Jesús nació. Jesús empleo la misma palabra cuando advirtió: "Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" (Mt. 7:23). ÉI no estaba diciendo que nunca hubiese escuchado a esos incrédulos, sino más bien que no tenía una relación íntima con ellos como Su Salvador y Señor; en cambio acerca de los creyentes, Pablo dice que "Conoce el Señor a los que son Suyos" (2 Ti. 2:19).
![]() |
Romanos $19,00John MacArthur lleva al lector a través de un estudio expositivo del libro de Romanos según lo registrado por el apóstol Pablo. La mayoría de los grandes avivamientos y reformas en la historia de la iglesia han estado relacionados directamente con esta carta.... |