miércoles, 29 de noviembre de 2017
¿Se les hará responsables a las personas que nunca han oído el Evangelio?
(Romanos 1)
Del Comentario
Porque las cosas invisibles de Él, Su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. (Romanos 1:20)
A continuación, Pablo especifica el contenido de la revelación de sí mismo que Dios da a conocer a toda la humanidad. Desde la creación del mundo, declara el apóstol, Dios ha hecho visibles Sus atributos divinos que son las cosas invisibles de Él. Estos atributos que el hombre puede percibir en parte a través de sus sentidos naturales, son en particular Su eterno poder y deidad. El eterno poder de Dios se refiere a Su omnipotencia que nunca falla, lo cual se refleja en la portentosa creación que creó y también sustenta por Su poder. La deidad o naturaleza divina de Dios, tanto Su bondad como Su gracia se reflejan como Pablo dijo a los de Listra, en el hecho de darnos "lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones" (Hch. 14:17). El destacado teólogo Charles Hodge testificó: "Por lo tanto, Dios nunca se ha dejado a sí mismo sin un testimonio. Su existencia y Sus perfecciones siempre han sido tan manifiestas, que sus criaturas racionales están constreñidas a reconocerle y adorarle como el único y verdadero Dios" (Commentary on the Epistle to the Romans [Grand Rapids: Eerdmans, 1983, reimpresión], p. 37).
La revelación natural que Dios hace de sí mismo no es recóndita ni selectiva,no es fácil de observar para unas cuantas almas perceptivas que deban tener algún don especial. Su revelación de sí mismo a través de la creación es claramente visible para todos, son cosas que pueden ser entendidas por medio de las cosas hechas. Incluso en los tiempos más antiguos, mucho antes de que fueran inventados el telescopio y el microscopio, la grandeza de Dios se hacía evidente, tanto en la vastedad inmensurable como en los detalles más pequeños de la naturaleza. Los hombres podían mirar las estrellas y descubrir el orden fijo de sus órbitas. Podían observar cómo una pequeña semilla se reproducía y convertía en un árbol gigantesco exactamente igual a aquel del cual provino. Podían ver los maravillosos ciclos de las estaciones, la lluvia y la nieve. Fueron testigos permanentes de la maravilla del nacimiento humano y la gloria de la salida y la puesta del sol. Aún sin la revelación especial que David tuvo, ellos podían ver que "los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de Sus manos" (Sal. 19:1).
Algunas aves son capaces de navegar guiándose por las estrellas. Incluso si son incubadas y criadas en un edificio sin ventanas, si se les muestra un cielo artificial, de inmediato pueden orientarse y encontrar el lugar correcto y la dirección en la que deben migrar. El pez arquero es capaz de disparar gotas de agua con una fuerza y una precisión sorprendentes, para dar de baja a insectos que vuelan sobre el agua. El escarabajo bombardero produce por separado dos tipos de sustancias químicas que al ser liberadas y combinadas, explotan ante la presencia del enemigo. Sin embargo, la explosión nunca ocurre antes de tiempo ni causa daño al escarabajo mismo. Con razón David declaro que "de Dios es el poder" (Sal. 62:11) y Asaf (Sal. 79:11) y Nahúm (1:3) hablaron de la grandeza de Su poder.
Robert Jastrow, astrofísico y director del Instituto Goddard de Estudios Espa ciales de la NASA, dijo:
Ahora vemos cómo la evidencia astronómica respalda la visión bíblica del origen del mundo... Los elementos esenciales de la astronomía y del relato bíblico del Génesis son los mismos. Consideremos la enormidad del problema: la ciencia ha probado que el universo explotó para llegar a ser en un momento determinado. Se pregunta ¿qué causa produjo este efecto? ¿Quién o qué introdujo materia y energía en el universo? Y la ciencia no puede responder esas preguntas...
Para el científico que ha vivido por su fe en el poder de la razón, la historia termina como un mal sueño. Tal persona ha escalado las montañas de la ignorancia y está a punto de conquistar la cima más alta; con gran esfuerzo supera la última roca, y al llegar es saludado por un montón de teólogos que han estado allí durante muchos siglos. (God and the Astronomers [Nueva York: Norton, 1978], pp. 14, 114, 116) Con telescopios gigantes como el de 200 pulgadas de diámetro que se encuentra instalado en el monte Palomar en California, los astrónomos pueden observar objetos que están a 4 mil millones de años luz, ¡una distancia superior a 40 mil millones de millones de millones de millones de millones de millones de kilómetros! James Reid, God, the Atom, and the Universe [Grand Rapids: Zondervan, 1968). En cualquier momento dado, un promedio de 1.800 tormentas están sucediendo alrededor del mundo entero. La energía requerida para generar esas tormentas se eleva a la increíble cifra de 1.300 millones de caballos de fuerza. En comparación, una máquina de gran tamaño para la remoción de tierra tiene unos 420 caballos de fuerza y necesita cien galones de combustible al día para funcionar. Tan solo una de esas tormentas que produzca cuatro pulgadas de precipitación sobre un área de diez mil millas cuadradas, requeriría la energía equivalente a la combustión de 640 millones de toneladas de carbón para evaporar la cantidad suficiente de agua que pudiera producir una lluvia de esas proporciones; para enfriar esos vapores y agruparlos en nubes se necesitarían 800 millones de caballos de fuerza adicionales para producir la refrigeración continua durante cien años que ello requeriría.
Estudios agrícolas han determinado que el granjero promedio en el estado de Minnesota recibe 1006.197 galones de agua de lluvia por hectárea cada año, por supuesto totalmente gratis. El estado de Missouri tiene unas 70.000 millas cuadradas y un promedio de 38 pulgadas de lluvia por año. Esa cantidad de agua equivale a tener un lago de 400 kilómetros de longitud, 96 millas de anchura y 10 metros de profundidad.
El Museo Natural de los Estados Unidos ha determinado que existen por lo menos 10 millones de especies de insectos, incluyendo unas 2.500 variedades de hormigas. Hay cerca de 5 mil millones de aves en los Estados Unidos, entre las cuales existen algunas especies que son capaces de recorrer más de 800 kilómetros en un vuelo ininterrumpido, atravesando el golfo de México. Hay una variedad de patos que pueden volar a 95 kilómetros por hora, las águilas lo hacen a 145 kilómetros por hora y los halcones pueden volar en picada a 290 kilómetros por hora.
El planeta Tierra tiene unos 40.250 kilómetros de circunferencia, pesa 6.588 (cifra seguida por 21 ceros) toneladas y flota en el espacio sin soporte alguno. Da vueltas alrededor de su eje a una velocidad de 1.600 kilómetros por hora con una absoluta precisión y se traslada por el espacio alrededor del Sol a una velocidad aproximada de 1.600 kilómetros por minuto a lo largo de una órbita de 935 millones de kilómetros de longitud.
La cabeza de un cometa puede tener entre 20.000 y 2.000.000 de kilómetros de longitud, una cola de unos 200 millones de kilómetros de longitud y viajar a una velocidad de 500 kilómetros por segundo. Si la energía irradiada por el Sol pudiera convertirse en caballos de fuerza, equivaldría a 500 millones de millones de millones de millones. Cada segundo consume unas 4 millones de toneladas de materia. Un viaje a la velocidad de la luz (aproximadamente 299.857 kilómetros por segundo) para atravesar de un extremo al otro la Vía Láctea, la galaxia donde está localizado nuestro sistema solar, tardaría 125.000 años; y hay que tener en cuenta que nuestra galaxia es apenas una entre muchos millones.
El corazón humano tiene el tamaño aproximado del puño cerrado de su propietario. Un corazón adulto pesa menos de media libra, sin embargo es capaz de hacer trabajo suficiente durante doce horas, equivalente a levantar 65 toneladas de peso a 3 centímetros de altura. Una molécula de agua se compone de tan solo tres átomos, pero si todas las moléculas que hay en una gota de agua tuvieran el tamaño de un grano de arena, su tamaño equivaldría al material requerido para hacer una carretera de 30 centímetros de profundidad y 800 metros de amplitud que se extendería desde Los Ángeles hasta Nueva York. Sin embargo, lo sorprendente es que el átomo mismo se compone principalmente de espacio vacío y su materia como tal no ocupa sino la trillonésima parte de su volumen total. Excepto para alguna mente que se haya propuesto obcecarse ante lo obvio, resulta inconcebible que tal poder, complejidad y armonía hayan podido desarrollarse por medio de algo diferente a un Diseñador supremo que gobierna sobre todo el universo creado. Sería infinitamente más razonable pensar que el centenar de piezas individuales de un reloj desarmado pudiesen sacudirse en una bolsa hasta quedar convertidas en un aparato confiable para la medición del tiempo, que creer que el mundo pudo haber evolucionado hasta su estado actual como producto del azar ciego.
Hasta un pagano estaría en capacidad de discernir al lado del salmista que seguramente Aquel que hizo el oído y el ojo también es capaz de escuchar y ver (véase Sal. 94:9). Si nosotros podemos ver y escuchar, es seguro que quien nos hizo también puede entender lo que ve y escucha. Si nosotros siendo Sus criaturas podemos pensar, entonces seguramente la mente de nuestro Creador debe tener capacidad para razonar.
Los hombres son juzgados y enviados al infierno, no debido a que no vivan a la altura de la Luz que se ha hecho evidente en el universo, sino porque en últimas ese rechazo los lleva a rechazar a Jesucristo. El Espíritu Santo "convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio", dijo Jesús; "de pecado, por cuanto no creen en Mí" (Jn. 16:8-9). Pero si una persona vive a la altura de la luz de la revelación que tiene, Dios hará provisión para que escuche el Evangelio por uno u otro medio. En Su gracia soberana y predeterminada, Él se extiende hacía la humanidad pecadora para ser asequible a todos. "Vivo Yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva" (Ez. 33:11). Dios no quiere "que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 P. 3:9). "Me buscaréis y me hallaréis", prometió el Señor a través de Jeremías: "porque me buscaréis de todo vuestro corazón" (Jer. 29:13).
Pg. 108- 112
Romanos $19,00John MacArthur lleva al lector a través de un estudio expositivo del libro de Romanos según lo registrado por el apóstol Pablo. La mayoría de los grandes avivamientos y reformas en la historia de la iglesia han estado relacionados directamente con esta carta.... |